9 de octubre de 2008

Friends Will Be Friends

Comienzo esta entrada al hilo de una noticia publicada en el diario cinco días donde incorpora como titular:


El 30% de las compañías españolas han perdido oportunidades de negocio por no aceptar un soborno, según un estudio de Ernst & Young

Resultará curioso que en un blog de seguridad informática y algún que otro desvarío personal hable sobre sobornos. Si profundizamos un poco vemos como las compañías dedican pequeñas partidas presupuestarias en exclusiva para asegurarse tener X contratos con otra empresa, ministerio, organismo, etc. Es lo que conocemos como soborno, está a la orden del día y todos conocemos a alguien que los recibe / ofrece para asegurarse tener Y cosas o privilegios el día de mañana. Sin embargo dentro de lo común de estas malas prácticas se encuentra el tremendo rechazo que la sociedad hace hacia estos comportamientos, y que provoca lo que conocemos como pérdida de imagen corporativa, algo de incalculable valor para una compañía. ¿Cuánto puede valer la imagen de Coca Cola, por ejemplo? Inestimable…

Sin entrar en casos concretos, todo esto puede traducirse en un problema de fondo, muy al orden de nuestros días, llamado confianza. Si, la misma confianza costosa en generar puede destruirse en unos segundos, a todos nos pasó en la infancia con algún amigo, todos dejamos de usar aceite de girasol cuando surgió la noticia, o a todos nos dá “cosa” abrir correos de gente desconocida, aunque prometa alargar no se que, sin hablar de cómo están las bolsas últimamente por este preciso motivo.

En mi opinión y dentro de nuestro trabajo, aquello que más genera un auditor / consultor, es confianza en que sus sistemas / proyectos han sido analizados por profesionales que han mitigado sus riesgos, generado sistemas robustos, que pueden garantizar SLA con % de fiabilidad más altos, que a la postre significa más dinero para todos. Nuestro cliente confía en nosotros para ofrecer un buen servicio, está en nuestra mano trabajar de forma honesta para alcanzar, la tan en boca de todos por su dificultad de alcance, excelencia. Y eso ningún certificado de buenas prácticas, ningún convenio ético al que te sujetes, te lo dará. Es la diferencia entre un profesional, y la excelencia profesional, honradamente vamos.

Salu2!

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